Erica no había disfrutado ni de lo uno ni de lo otro. Tampoco aparecía en aquellas fotos. Claro que era ella quien las hacía, pero a nadie se le ocurrió quitarle la cámara de las manos y decirle que se pusiera con los demás. Era invisible. Oculta tras la lente, mientras fotografiaba ansiosa aquello de lo que habría querido formar parte.
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