CLAVOS EN EL CORAZÓN

de Danielle Thiéry.

Cuando decidí ponerme a leer este libro apenas había oído nombrar a esta escritora y tampoco leído mucha novela negra o policíaca francesa. Fue a través de la convocatoria de una Lectura Conjunta organizada por L@ky de Libros que hay que leer y Tatty de El Universo de los libros que supe de la existencia de esta novela. N0 me hizo falta pensarlo mucho leyendo la sinopsis del mismo y no me he equivocado en absoluto porque considero que merece la pena su lectura.

Titulo: Clavos en el corazón.

Autora: Danielle Thiéry.

Editorial: La Esfera de los libros, 2014.

Páginas: 334.

Resumen.

Hay casos que nunca se cierran, crímenes que nunca se olvidan, imágenes que vuelven una y otra vez, nos acechan, se incrustan en nuestro corazón, como un clavo cuya herida no hay manera de curar.  

Hay casos como este que arruinan la vida. No hay nada que hacer, te acechan, se te quedan dentro, plantados en tu memoria y en tu corazón, como un clavo que un bromista maléfico se divirtiera en toquetear a intervalos regulares. Piensas en él cada día. No tiene nada que ver con las teorías sobre el duelo imposible o con la justicia que se hace a las víctimas, ni con la búsqueda de una verdad que se debería a las familias. Es una mezcla de todo eso, es verdad, pero esa carga la llevas sobre todo en ti. Y es a ti mismo a quien debes algo. Y no sabes por qué.

El comandante Revel jamás renunciará al caso Porte. Han transcurrido diez años pero jamás dejará de buscar al asesino del matrimonio que regentaba el bar Les Furieux y que murió acuchillado una noche de diciembre. El comandante Revel no es de los que renuncia. Además, esa misma noche de diciembre, su mujer, Marieke, desapareció después de sus clases de canto y nadie supo nunca más de ella, ni de su coche, ni de sus partituras, ni de su hermosa figura. Revel, envejecido, enfermo, adicto al tabaco y al trabajo, busca resolver el caso Porte para salvarse a sí mismo y a su hija Léa, anoréxica, encerrada en sí misma, incapaz de superar la desaparición de su madre.

Mientras tanto, el equipo de Revel, con Lazare y Bréton a la cabeza, deben enfrentarse a un nuevo caso de asesinato, el de una estrella del pop en decadencia que ha aparecido asfixiado en su mansión de Versalles.

De algún modo, ambos casos acaban ligados no solo en la mente de Revel sino en la de todo su equipo.

Impresión Personal.

Ya he comentado al comienzo de la entrada que la novela me ha gustado mucho aunque he pasado por dos fases diferenciadas. Al principio, tuve algunos problemas para enterarme bien de la trama porque, por un lado, tenemos a un Maxime Revel, el protagonista, que aparece investigando un caso merodeando por los alrededores de una especie de bar-club pero desconocemos hasta un poco más adelante porque anda fisgoneando y, por otro lado, de forma simultánea se produce un asesinato de una estrella de rock que pone en marcha toda la maquinaria de la comisaría de Revel a trabajar. Casi a la vez, empezamos a ver los problemas personales de Revel, no sólo referidos a su salud sino los familiares con la única hija que tiene, Lea, que es anoréxica, además de los que le produce la desaparición de su mujer diez años antes. Toda esta cantidad de datos, todos así al principio, a mi me ha costado un poco digerirlos para empezar a encajar las piezas y encauzar la trama.

Ahora bien, una vez superada esa pequeña dificultad, he disfrutado a tope de la novela, de las investigaciones, de los personajes y de cada una de sus situaciones y conflictos personales. 

La novela sigue dos líneas de investigación. Por un lado, un caso del pasado que versa sobre el asesinato del matrimonio Porte diez años atrás, aún sin resolver y que Revel tiene "clavado" junto a la desaparición de su mujer el mismo día, sin que tampoco el policía haya conseguido averiguar que ha pasado con ella. Por otro lado, el asesinato de un cantante de rock en su domicilio cuya investigación sucede en tiempo real y presente, en paralelo con la investigación del pasado. Dos (o tres) investigaciones entrelazadas cuyo desenlace te deja anodada. Una investigación muy bien llevada, mejor explicitada, llena de intriga y tensión, a la vez de la puesta en escena de unos personajes que psicológicamente son totalmente humanos, cargados con el peso de sus propios problemas personales, que no son pocos.

Es una novela en la que independientemente del/los casos que se investigan, todos los personajes que aparecen tienen algún tipo de problema personal que determina su comportamiento. Así tenemos al protagonista, Maxime Revel, un policía marcado por la desaparición diez años atrás de su mujer, algo que le hace ser una persona amargada, solitaria y brusca. Una persona tan volcada sobre sí misma que además es incapaz de ayudarse a sí mismo y a su hija Lea, que también sufre las consecuencias de la desaparición de su madre y el abandono de su padre, a todas luces gravemente enfermo por su adicción al tabaco.

Por otro lado, están los miembros del equipo de Revel, Renaud Lazare y Sonia Breton. El primero con serios problemas conyugales que no sabe como resolver y la segunda, con una serie de obsesiones por la limpieza y el orden que provienen del pasado con su familia. Los dos grandes policías y con gran independencia y criterio propio en el plano profesional, con lo cual suplen perfectamente la falta de su jefe cuando éste cae enfermo. 

Alrededor hay otra serie de secundarios bien definidos y encajados en el conjunto de la investigación: Marieke, Nathan Lepic, Lea, ...

En conclusión, una novela totalmente recomendable, bien hilada por una escritora que conoce perfectamente el mundo policial por dentro y que nos va desgranado una investigación paso a paso en una secuencia perfecta de acontecimientos.