Título: La víspera de casi todo
Autor: Víctor del Árbol
Editorial: Destino, Premio Nadal, 2016
Páginas: 416.
Resumen oficial.
Germinal Ibarra es un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia.
Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad.
El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos barcos en rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible.
Impresión personal.
Este año en San Jordi, con otras compañeras bloguer@as, intenté ver a Víctor del Árbol y que me firmara este nuevo libro, tal y como ya hizo en la anterior Feria del Libro de Madrid con El peso de los muertos. Lo cierto es que el ritmo vertiginoso de San Jordi, al ser todo concentrado en un día, impidió, por las grandes colas, que me viniera de Barcelona con el libro. Pero en esta ocasión, mi pequeña ciudad de Badajoz me trajo al autor a la Feria del Libro y como contamos con una Feria pequeñita, también tiene la ventaja de ser mucho más cercana y más accesible que la de las grandes ciudades y pudimos charlar y nos pudo contar muchas cosas del libro, de sus motivos y de la temática. Y Víctor nunca decepciona, al menos a mi.
Reservé la lectura del libro para las vacaciones de verano porque sé de sobra que los libros de este autor necesitan sosiego y exclusividad. Son historias para vivirlas y sentirlas y puede que, en muchas ocasiones, una se sienta vapuleada o zarandeada sin remedio. Ya he leído el resto de libros de Víctor del Árbol y en todos he tenido esa experiencia: te remueve por dentro y muchas veces tienes que dejar de leer para respirar y resituarte de nuevo en tu mundo y en tu espacio vital. Esta nueva novela no ha sido menos. Una novela comprometida con el pasado, un pasado muy difícil de dejar atrás, duro y doloroso, un pasado que siempre regresa porque necesita ser cerrado con dignidad e, incluso, mediante la venganza, pero cerrado al fin y al cabo para que los personajes puedan mirar de nuevo al frente. Y es que el presente de todos los personajes es un presente inútil y prescindible hasta el punto de que a ninguno le importaría estar muerto. Germinal, por ejemplo, uno de los personajes principales, todos los días se mete la pistola en la boca intentando apretar ese gatillo que se le resiste. Son vidas, todas ellas llenas de pasado, de un pasado que se come el presente y no deja opciones de futuro porque nunca fueron capaces de cerrar las heridas.
La víspera de casi todo me ha resultado un libro duro. Víctor nos cuenta unas historias atroces casi sin darnos cuenta. Sin sangre, sin vísceras y descripciones escabrosas, podemos sentir el pavor de los niños ante los pederastas, violadores y abusadores; el pánico y el odio acumulado de los presos políticos en dictaduras como la argentina; el desequilibrio de las mentes perturbadas en la infancia. Y el presente muerto sin un futuro por delante. Como siempre en las novelas del autor, las tramas se desarrollan de forma paralela con múltiples regresos al pasado de mano de cada personaje y acaban confluyendo aunque este pasado haya sido independiente. Me encanta la forma de entrelazar las historias que tiene el autor, como consigue llevar al lector de un pasado a otro, de un lugar a otro sin tregua para que te pases todo el tiempo preguntándote lo que tendrá que ver una cosa con la otra y haciendo quinielas, mientras aprendes una parte de Historia que siempre son historias para no olvidar, para que en el presente no se repita, para que nuestro futuro sea más halagüeño que el de sus personajes.
Diría que estamos ante una novela coral, una novela donde todos los personajes son relevantes y todos cuentan con un pasado, incluso los niños, que han marcado sus acciones presentes y lo que sienten hacia un futuro que vislumbran imposible. Una novela negra de ritmo pausado porque la vida de cada personaje que necesitamos conocer para entenderlos se nos antoja inamovible. Una novela con tintes históricos donde el pasado de todos está tan presente en ellos, que todos acaban contándonos su historia. Necesitan de algún modo que los entendamos como si se estuvieran justificando por lo que hacen y cómo actúan en el presente. Germinal Ibarra vive marcado por los hechos que le acontecieron en su infancia en el Hospital psiquiátrico en el que estaba recluido su padre, un preso político de la dictadura franquista y por los acontecimientos más recientes que acontecieron en Málaga cuando descubrió al pederasta que había asesinado a una niña, Amanda, la hija de la rica Eva Mahler; Paola, una mujer que anda huyendo de su pasado y se esconde en el lugar más recóndito de Galicia, la Costa da Morte y encuentra en Daniel, un extraño adolescente con una extraña amiga, su refugio. Mauricio y Dolores, un argentino y una portuguesa que en su soledad compartida esconden un pasado lleno de dolor y muerte.
Me han parecido unos personajes rotundos, asentados, tanto como sus vidas, sus durísimas vidas. A veces he pensado cuando leía la historia de alguno de ellos que cómo se puede seguir viviendo habiendo pasado por esas situaciones, cómo se levanta una todos los días habiendo vivido y sentido tanto dolor. Pero ahí siguen ellos, intentando cerrar heridas para conseguir dar carpetazo al pasado y seguir levantándose.
Y, finalmente, la ambientación agreste, cortante y violenta de la Costa da Morte. He visitado este verano esa zona de Galicia y por eso he podido colocarme sin problemas ante esos acantilados salvajes y libres que las olas moldean a su antojo, sin contar con nadie, libres. Un lugar perfecto donde refugiarse, donde la civilización se adentra con dificultad y la soledad se comparte. En ese lugar viven y comparten su pasado Paola, Mauricio, Dolores y Daniel. Cada uno a su manera, sin interferencias del exterior. Y también, el autor nos traslada a Alemania y a Argentina cuando Mauricio nos cuenta parte de su historia vital, una historia cargada de dolor, injusticia y rencor.
Es difícil hacer una conclusión de un libro de este autor. Su manera de escribir, de enlazar las historias, la profundidad de las temáticas que trata y la conciencia de saber que aunque sea ficción, son problemáticas reales y hechos históricos que realmente ocurrieron en otras "carnes", todo ello unido a unos personajes contundentes, culpables e inocentes bien definidos, fáciles de identificar aunque complejos con vidas complicadas y duras, hacen que Víctor del Árbol sea un autor que nadie debería obviar ni perderse.
Me gusto mucho leerlo. Lleva el sello inconfundible de Víctor.
ResponderEliminarMe has recordado mis peripecias con un taxista mientras vosotras intentabais ver a Víctor y nuestro "pequeño" almuerzo de después.
ResponderEliminarEn cuanto a la novela,se la recomendé a la chica de la tintorería donde voy habitualmente; el otro día me dijo que ya la había leído y que le había encantado.Era su primer encuentro con Víctor y me comentó algo que a mí ya se me hapasado por la cabeza alguna vez: que este autor le recuerda a Paul Auster.
Un beso
Me has recordado mis peripecias con un taxista mientras vosotras intentabais ver a Víctor y nuestro "pequeño" almuerzo de después.
ResponderEliminarEn cuanto a la novela,se la recomendé a la chica de la tintorería donde voy habitualmente; el otro día me dijo que ya la había leído y que le había encantado.Era su primer encuentro con Víctor y me comentó algo que a mí ya se me hapasado por la cabeza alguna vez: que este autor le recuerda a Paul Auster.
Un beso
Buena reseña Ángela! A mi también me gustó mucho este libro, bueno en realidad, todos los de Víctor, aunque mi preferido(tal vez porque fue mi primer contacto con el autor) es "Respirar por la herida".
ResponderEliminarUn beso
Ya sabes que me gustó mucho. Un besote
ResponderEliminarVaya reseña! Sí que remueve Víctor, sin sangre ni vísceras como dices, pero necesitas periodo de recuperación. No me cabe duda que te ha gustado y además cómo lo has sabido expresar. Preciosa reseña.
ResponderEliminarBesos
Magnifica reseña. Con esta novela saldaré mi deuda con la narrativa de Víctor del Árbol. Aunque sea una lectura pausada, lo que pido es que me ofrezca una buena historia, y por lo que nos cuentas, esta parece que lo es. Besos.
ResponderEliminarMe han entrado unas ganas enormes de leerlo. Lo buscaré
ResponderEliminarGracias
Lo tengo pendiente en la estantería y me apetece mucho leerlo, sólo he leído un libro de Víctor pero me encantó y estoy deseando repetir
ResponderEliminarBesos
Mi primer contacto con el autor fue estupendo y poco a poco iré leyendo el resto de sus novelas.
ResponderEliminarUn besito.
La verdad es que Víctor nunca decepciona y este libro no iba a ser menos. Y ya en otro orden de cosas... ¡qué bien lo pasamos en Santo Jordi!
ResponderEliminarBesos.
Fue mi primer acercamiento al autor y quedé encantada. Deseando leer todos sus libros.
ResponderEliminarUn beso ;)
Como bien dices, leer a Víctor requiere sosiego y exclusividad y también el momento oportuno para hacerlo porque te remueve por dentro. Tengo todos los libros publicados de Víctor aunque solo he leído este y Un millón de gotas que me pareció incluso más duro que La víspera de casi todo. Un placer siempre leerle.
ResponderEliminarUn beso
Unas lecturas que aunque dolorosas es difícil que no busquemos una y otra vez. Besos
ResponderEliminarDebo ser la única que aún no ha leído nada de Víctor y eso que tengo en casa varios de sus libros... Esto es un sinsentido jejeje. Besos
ResponderEliminarTodos me habláis tan bien de Víctor del Árbol que casi me parece conocerle, cuando no es así, y encima me cae muy bien :-) No he leído nada suyo y no sé si empezar por "La víspera de casi todo" o por la novela de culto que ya es "Respirar por la herida" o su recomendadísima "Un millón de gotas". Bss
ResponderEliminarLo tengo en la estantería esperando. A ver cuándo me animo!
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues sí, es la ventaja de las ferias pequeñitas, te permiten más tiempo y cercanía con los autores. Respecto a la novela para mi se quedo corta en relación a Un millón de gotas queme gustó más, la que tengo pendiente todavía y con la que me gustaría continuar es Respirar por la herida.
ResponderEliminarBesos
No he leído el libro, pero sí otros del autor, y como bien dices, no defrauda nunca, así que me tengo que hacer con él. Besos y gracias por la magnífica reseña.
ResponderEliminarTengo pendiente este libro desde que salio porque me atrae mucho este tipo de libros, y mas todas las reseñas positivas que he leído. Besos
ResponderEliminarTengo muchas ganas de reencontrarme con el estilo tan característico de su autor, me encantó "Un millón de gotas" y a este le tengo especial ganas.
ResponderEliminarBesitos
Vaya, leyéndote me doy cuenta de que es uno de tus autores de cabecera. Me has despertado curiosidad, aunque no sé por qué libro me decidiría de él, la verdad.
ResponderEliminarUn beso ;)
Tengo pendiente a este autor a ver cuando me animo a leerlo, un beso
ResponderEliminarTodavía no lo he leído, tengo aún pendiente un millón de gotas, pero es que este autor me deja exhausta
ResponderEliminarBesos
Con las buenas opiniones que recoge este hombre y yo todavía sin leerlo!
ResponderEliminarBesotes