Podéis encontrar las bases del sorteo en el siguiente ENLACE.
También Rocío de Mis apuntes de lectura sortea dos ejemplares de Sebastián de Fernando Martínez.
Podéis ver las bases completas AQUÍ.
Esta semana estoy terminando Te trataré como a una Reina de Rosa Montero que la empecé la semana pasada y hoy termino Roseanna de Maj sjowall y Per Wahloo que me tiene totalmente absorbida. Ya terminé de leer Clavos en el corazón y aún me quedan días para publicar su reseña según la programación hecha por Laky y Tatti en la Lectura Conjunta.
Como ando "finiquitando" libros, quiero empezar con mucha paciencia El Invierno del Mundo de Ken Follet, que lo tengo hace unos años en mi estantería, para el Reto de 12 meses, 12 libros; y también comenzaré Expediente Barcelona de Francisco González Ledesma para empezar con la serie de Méndez por el principio.
Tras varios años viviendo en París, Alfredo Gastiasoro regresa a Bilbao cuando se entera de que Izarbe ha muerto. Su retorno pretende ser el último homenaje a la mujer que amó, pero pronto se convertirá en una pesquisa sobre las inquietantes circunstancias que rodearon su muerte.
Como ya viene siendo más habitual, la historia se desarrolla en una ciudad de provincias, Vigo. Una ciudad que evidentemente el autor conoce perfectamente, desde sus calles, plazas y otras zonas como a sus locales de ocio y de restauración. Leyendo los recorridos de los personajes en esos escenarios tan bien descritos una siente las ganas de trasladarse a la ciudad a disfrutar de esos olores marinos y de la gastronomía de que disfrutan los personajes.
A final de semana me gustaría empezar con alguna novela negra de algún clásico del género porque he leído a muy pocos y he visto que hay una gran variedad. Aún no he seleccionado el autor ni el libro pero si he confeccionado una amplia lista para seleccionar.
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| Poblado Guanche |
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| Castillo de Zafra |
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| Castillo de Mora de Rubielos |
La parte de intriga de la novela me ha gustado también mucho aunque el final de esta trama me ha parecido demasiado rápida e, incluso, creo que le falta algo para que sea totalmente redonda. Terminar, termina bien pero he tenido la sensación de que lo hace demasiado precipitadamente en relación con el ritmo del resto de la novela. El ritmo en general es rápido porque los personajes han de moverse deprisa a fuerza de estar dentro de una especie de "competición" para llegar los primeros al conocimiento del enigma que buscan, pero cada búsqueda está muy bien rematada, con sus tiempos de explicación histórica, casi siempre durante los viajes o las llegadas a los castillos y en cada uno de ellos la trama finaliza sin prisa. Sin embargo, el final de la última búsqueda, quizá sea por el número de personajes que intervienen (policía, Silvia y Alex, Margot, Alfred Llul y sus secuaces...) me ha parecido como que faltaba algo, lo mismo que al final, donde el fleco de la personalidad de Margot y sus intenciones se me han quedado sin satisfacer. Pero ya digo, que es más una sensación tenue dentro de una trama muy bien hilvanada y rematada.
1 El guardián invisible – Dolores Redondo
También quiero terminar La ciudad de los ojos grises de Feliz G. Modroño que me está gustando muchísimo.
Si en el capítulo anterior se había quedado tirado y maltrecho en el suelo, en este le rescata de esta situación un humilde labrador vecino suyo que le reconoce y que lo lleva a su casa para que le sean curadas sus heridas, incluidas las mentales.
En este caso, cuando comencé a leerlo rápidamente recordé la causa de que en algún momento lo comenzara y lo abandonara. La sinopsis de este libro realmente no coincide con su contenido real y supongo que esa fue la causa de que lo dejara en algún momento de lado tanto tiempo. Os explico a continuación mi nueva experiencia con esta novela.
Hay héroes desconocidos y oscuros, privados de la fama y la gloria históricas de un Napoleón. Sin duda, Svejk es uno de ellos. Tras un periplo por tribunales, calabozos y manicomios, este entrañable pícaro moderno acaba enrolado en las filas del ejército austrohúngaro durante la Primera Guerra Mundial. Allí dará muestras de su infinita inocencia, verborrea aplastante y sentido común, armas suficientes para hacer frente a la estupidez supina de los estamentos militares.
«Weil y yo estábamos de pie a la derecha del féretro, de cara a la nave central. Marguerite, hundida, estaba sentada en primera fila. Los antiguos camaradas se iban acercando uno tras otro. Conforme se fueron instalando, empezaron a dejarse ver en los soportales unos hombres jóvenes. Algunos llevaban las cabezas vendadas. Otros lucían las quema¬duras al aire libre. Eran aviadores, muchos aviadores, y todos se veían muy jóvenes. Se iban acercando, intimidados por los ancianos. Había mucha tristeza en sus miradas. Me apreté contra Weil y le pregunté: -¿Qué vamos a hacer ahora? Mantuvo un largo silencio antes de responderme: -Vamos a enseñarles la alegría.» 1914, Adrien, un joven teniente de Ingenieros, resulta gravemente herido en el rostro en su primera misión de combate. Trasladado al hospital militar de Val-de-Gráce será el primer interno del pabellón dedicado a oficiales desfigurados. A lo largo de los siguientes cinco años, Adrien verá pasar por el pabellón a cientos y cientos de hombres que perdieron sus caras en combate, y a pesar de los sufrimientos derivados de su situación y de las constantes operaciones de reconstrucción de su rostro, él y sus compañeros Penanster y Weil se convertirán en el alma del hospital. Una novela en la que frente a la devastación que la guerra causa en las personas se levanta un mensaje de esperanza y de superación personal.
Una cruda visión del mundo de los pilotos en la primera guerra mundial. Los pilotos de la primera guerra mundial eran algo más que simples soldados, eran los caballeros del cielo. La prensa y el público convertía en ídolos a los jóvenes héroes. Pero para Stanley Woolley, comandante de la escuadrilla Azor, el mito de la caballería de las nubes se ha esfumado. Allá arriba sólo hay víctimas y verdugos, y no deja de repetir a sus hombres que se olviden del juego limpio. Sus bruscos métodos funcionan, pero aun así Woolley sospecha que ningún miembro de la escuadrilla logrará sobrevivir.
¿Cómo escribir sobre la Gran Guerra, la primera guerra «tecnológica» del siglo XX, y la puerta, también, a medio siglo de barbarie sin precedentes? Echenoz se enfrenta a un nuevo reto literario que supera con maestría. La certera pluma del escritor avanza junto a los soldados en sus largas jornadas de marcha por los países en guerra y acompaña a cuatro jóvenes de la Vendée, Anthime y sus amigos, en medio de una masa indiscernible de carne y metal, de proyectiles y muertos. Pero también nos cuenta la vida que continúa, lejos de las trincheras, a través de personajes como Blanche y su familia. Y todo ello sin renunciar a esa sutil ironía que caracteriza su escritura, condimento imprescindible de un relato apasionante.
A finales del mes de julio de 1914, Europa vivía inmersa en la engañosa placidez de la belle époque, instalada en una prolongación de la prosperidad de finales del siglo XIX que duraba casi tres lustros. Un mes más tarde, solo quedaban un montón de escombros y ruinas humeantes: habían tronado los cañones de agosto. Barbara W. Tuchman reconstruye en este libro clásico en su género -premio Pulitzer en 1962- el dramático panorama, la tensión psicológica, la incertidumbre y el desconcierto de aquel intenso mes de agosto de 1914 que transformó drásticamente el mundo, y que, como muestra la autora, determinó el resultado de los siguientes cuatro años de conflicto. Asimismo, recrea con una vivacidad admirable los principales acontecimientos que se desencadenaron en el complejo escenario de Europa y los personajes que intervinieron en ellos. El lector asiste a un auténtico fresco sobre las pequeñas miserias, las virtudes, el genio o los rasgos más íntimos de las figuras que tuvieron en sus manos el destino de millones de personas. Casi un siglo después, los principales acontecimientos y las historias singulares que urdieron aquella enorme tragedia mundial siguen vivos en esta obra de lectura obligada.
Roger Vercel (1894-1957) un día oyó a hablar a dos veteranos sobre la brutalidad de sus experiencias bélicas. Eso y sus experiencias en el ejercito de Oriente durante y después de la primera guerra mundial le llevó a escribir esta novela con la que ganó el premio Goncourt en 1934. Capitán Conan es una crónica de guerra y un testimonio del funcionamiento de la justicia militar, pero sobretodo es el retrato de un bretón duro y enérgico que en la guerra se revela como un soldado decisivo por su capacidad para matar sin vacilar. Él y los cincuenta «corta-gargantas» bajo su mando han matado a más boches y búlgaros que regimientos enteros. Conan es uno de los, no más de tres mil, hombres que han ganado la guerra – a cuchillo. Pero para él el armisticio es el principio del fin. ¿Cómo puede un hombre que ha aprendido a «amar la guerra», volver a la vida civil, a la rutina, a las bromas de taberna y a la vida rural? Pronto aquellos que no comprenden las nuevas reglas se ven enfrente de un consejo de guerra. La posición del autor no puede evitar la ambigüedad en una obra en la que la admiración por el protagonista está ligada al horror de la guerra.
"Esta es la historia de mis abuelos y de los vuestros, de nuestros padres y de nuestras propias vidas. De alguna forma es la historia de todos nosotros." Ken Follet. La historia empieza en 1911, el día de la coronación del rey Jorge V en la abadía de Westminster. El destino de los Williams, una familia minera de Gales, está u nido por el amor y la enemistad al de los Fitzherbert, aristócratas y propietarios de minas de carbón. Lady Maud Fitzherbert se enamorará de Walter von Ulrich, un joven espía en la embajada alemana de Londres. Sus vidas se entrelazarán con la de un asesor progresista del presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, y la de dos hermanos rusos a los que la guerra y la revolución les ha arrebatado su sueño de buscar fortuna en América.Tras el éxito de Los pilares de la Tierra y Un mundo sin fin, Ken Follett presenta esta gran novela épica que narra la historia de cinco familias durante los años turbulentos de la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la lucha de hombres y mujeres por sus derechos.