Erica no había disfrutado ni de lo uno ni de lo otro. Tampoco aparecía en aquellas fotos. Claro que era ella quien las hacía, pero a nadie se le ocurrió quitarle la cámara de las manos y decirle que se pusiera con los demás. Era invisible. Oculta tras la lente, mientras fotografiaba ansiosa aquello de lo que habría querido formar parte.De Los vigilantes del faro de Camilla Läckberg.
sábado, 14 de septiembre de 2013
LOS VIGILANTES DEL FARO
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