Título: Papel y tinta.
Autora: María Reig.
Editorial: Suma, 2019.
Páginas: 784.
SINOPSIS.
¿De qué serías capaz por cumplir tus sueños?
¿Qué tenía que hacer una mujer para lograr los suyos en la España de principios del siglo XX?
Madrid, primeras décadas del siglo pasado. Elisa Montero, aunque de origen humilde, es criada desde niña por su madrina, una adinerada y misteriosa mujer perteneciente a la alta burguesía madrileña. La sensación de no pertenecer a ningún lugar y de cierta rebeldía ante los designios que otros han trazado para ella será algo que marcará su vida.
Elisa no solo buscará liberarse de las limitaciones que le imponen su condición de mujer y su posición social para lograr convertirse en periodista, sino que intentará tomar las riendas de su destino y entregarse al verdadero amor. Como testigo, la rabiosa y convulsa actualidad de una España entre guerras que la acompañará en su lucha por conocerse a sí misma y sobreponerse a sus propios prejuicios.
IMPRESIÓN PERSONAL.
La verdad es que últimamente huyo tanto de los libros "tochos" como reconozco que me atraen y con el poco tiempo que tengo para leer, este año ya me he leído unos cuantos. Por eso cuando llegó a mis manos este libro y, teniendo en cuenta que era una primera novela escrita por su autora, no penséis que las tenía todas consigo. Pero lo cierto es que me ha sorprendido gratamente, no solo la manera de escribir de la autora y su ardua tarea de documentación, sino que la historia que nos trae en sus casi ochocientas páginas, no se me ha hecho larga ni pesada y me ha tenido muy entretenida durante el tiempo que me ha durado la lectura.
Papel y tinta es una novela histórica que retrata una parte importante de la primera mitad del siglo XX español: desde comienzos del siglo hasta la llegada de la I República, pasando por la Dictadura de Primo de Rivera. Durante este periodo, la autora nos presenta a su gran protagonista Elisa Montero, una niña de pocos años, que fue arrancada de su familia en Extremadura para ser criada por su madrina, Manuela Montero, su tía, viuda que vive en Madrid, fría y calculadora, eternamente vestida de negro que esconde secretos que poco a poco, la niña irá desgranando a lo largo de su vida. La verdad es que esta madrina que la cría, la educa y se convierte en una de las sombras a la que tiene que esquivar durante su vida me ha recordado mucho a una especie de señorita Rottenmeier, por su rigidez y su frialdad en el trato a lo largo de la crianza de la sobrina. Tiene un objetivo fijo en la mente y a ese objetivo se debe, sin contar con las inclinaciones o deseos de su pupila.
Me ha ido cautivando la protagonista poco a poco. Una niña que proviene del campo extremeño, sin que pueda volver a tener contacto con su padre y con sus hermanos, viviendo con una mujer oscura que no deja de prohibirle visitar algunos espacios de la gran casona donde viven, que esconde secretos pero que no escatima en gastos para darle comida, estudios de la época y buenos vestidos confeccionados a medida. Desde la más tierna infancia Elena es una niña curiosa que investiga lo que tiene a su alrededor, que desea conocer lo oculto y la verdad de todo lo que le rodea, que lee sin parar libros pero también todos los periódicos y que poco a poco va conformando su sueño de ser periodista y a ese sueño se entrega llevándolo a unos extremos a los que supongo que muchas mujeres de la época llegarían para luchar por los suyos propios. Junto a Elena se mueven todo un elenco de personajes que no hay que desdeñar, en especial sus amigas íntimas Catalina Folch y Benedetta de Luca, su alma gemela Pedro Liébana y su compañero periodista, Olivier Pascal, su marido Francisco de las Heras y Rosales y todo un buen número de secundarios que dibujarán la vida y el mundillo en el que se mueve Elisa en todo su devenir.
Y todo ello, dibujado magistralmente por esta autora. Una autora que se ha documentado a conciencia sobre una época en la que acontecen muchas cosas en el ámbito político y cultural, unos ámbitos a los que las mujeres tenían vedado el paso. Elisa ansía ser periodista, escribe y además escribe muy bien, pero a duras penas consigue que su madrina la deje entrar en un periódico, El Demócrata, como ayudante de la secretaria en una especie de voluntariado. Desde ese observatorio, Elisa va trazando sus planes y tiene acceso a la información diaria de toda una época e incluso a contactar con una serie de personajes reales que aparecerán en muchos momentos de la novela: Romero de Torres, Ramón Gómez de la Serna, Ortega y Gasset, Arniches, etc. Me ha encantado esta recreación histórica de los hechos políticos y sociales, recreados por una clase adinerada que se mueve en torno a los círculos del poder y que dependiendo de cada caso, quieren que las cosas cambien o que se mantenga el status quo.
Y Madrid como trasfondo de todo. Un escenario ideal por el que la autora nos acompaña de la mano de todo este elenco de personajes, bien colocados en calles, edificios, locales comerciales con solera, unos desaparecidos como el Café Pombo y otros que aún podemos visitar entre los rincones más castizos de Madrid.
Me ha gustado mucho ese marcado carácter feminista que subyace a toda la novela. Una novela en la que se analiza esa lucha de muchas mujeres por conseguir un sueño diferente del que le viene predeterminado por el simple hecho de haber nacido mujer; mujeres que quieren ser periodistas, escritoras, maestras y profesoras, actrices y cantantes sin connotaciones sexuales y que quieren poder participar de la vida política y social del país a su manera. Eso representa Elisa y Catalina, como también lo hicieron María de Maeztu, Carmen de Burgos, Concepción Arenal, Victoria Kent o Clara Campoamor y otras muchas que en esos años no se rindieron para conseguir buena parte de lo que hoy tenemos.
Papel y tinta es una novela histórica que retrata una parte importante de la primera mitad del siglo XX español: desde comienzos del siglo hasta la llegada de la I República, pasando por la Dictadura de Primo de Rivera. Durante este periodo, la autora nos presenta a su gran protagonista Elisa Montero, una niña de pocos años, que fue arrancada de su familia en Extremadura para ser criada por su madrina, Manuela Montero, su tía, viuda que vive en Madrid, fría y calculadora, eternamente vestida de negro que esconde secretos que poco a poco, la niña irá desgranando a lo largo de su vida. La verdad es que esta madrina que la cría, la educa y se convierte en una de las sombras a la que tiene que esquivar durante su vida me ha recordado mucho a una especie de señorita Rottenmeier, por su rigidez y su frialdad en el trato a lo largo de la crianza de la sobrina. Tiene un objetivo fijo en la mente y a ese objetivo se debe, sin contar con las inclinaciones o deseos de su pupila.
Me ha ido cautivando la protagonista poco a poco. Una niña que proviene del campo extremeño, sin que pueda volver a tener contacto con su padre y con sus hermanos, viviendo con una mujer oscura que no deja de prohibirle visitar algunos espacios de la gran casona donde viven, que esconde secretos pero que no escatima en gastos para darle comida, estudios de la época y buenos vestidos confeccionados a medida. Desde la más tierna infancia Elena es una niña curiosa que investiga lo que tiene a su alrededor, que desea conocer lo oculto y la verdad de todo lo que le rodea, que lee sin parar libros pero también todos los periódicos y que poco a poco va conformando su sueño de ser periodista y a ese sueño se entrega llevándolo a unos extremos a los que supongo que muchas mujeres de la época llegarían para luchar por los suyos propios. Junto a Elena se mueven todo un elenco de personajes que no hay que desdeñar, en especial sus amigas íntimas Catalina Folch y Benedetta de Luca, su alma gemela Pedro Liébana y su compañero periodista, Olivier Pascal, su marido Francisco de las Heras y Rosales y todo un buen número de secundarios que dibujarán la vida y el mundillo en el que se mueve Elisa en todo su devenir.
Y todo ello, dibujado magistralmente por esta autora. Una autora que se ha documentado a conciencia sobre una época en la que acontecen muchas cosas en el ámbito político y cultural, unos ámbitos a los que las mujeres tenían vedado el paso. Elisa ansía ser periodista, escribe y además escribe muy bien, pero a duras penas consigue que su madrina la deje entrar en un periódico, El Demócrata, como ayudante de la secretaria en una especie de voluntariado. Desde ese observatorio, Elisa va trazando sus planes y tiene acceso a la información diaria de toda una época e incluso a contactar con una serie de personajes reales que aparecerán en muchos momentos de la novela: Romero de Torres, Ramón Gómez de la Serna, Ortega y Gasset, Arniches, etc. Me ha encantado esta recreación histórica de los hechos políticos y sociales, recreados por una clase adinerada que se mueve en torno a los círculos del poder y que dependiendo de cada caso, quieren que las cosas cambien o que se mantenga el status quo.
Y Madrid como trasfondo de todo. Un escenario ideal por el que la autora nos acompaña de la mano de todo este elenco de personajes, bien colocados en calles, edificios, locales comerciales con solera, unos desaparecidos como el Café Pombo y otros que aún podemos visitar entre los rincones más castizos de Madrid.
Me ha gustado mucho ese marcado carácter feminista que subyace a toda la novela. Una novela en la que se analiza esa lucha de muchas mujeres por conseguir un sueño diferente del que le viene predeterminado por el simple hecho de haber nacido mujer; mujeres que quieren ser periodistas, escritoras, maestras y profesoras, actrices y cantantes sin connotaciones sexuales y que quieren poder participar de la vida política y social del país a su manera. Eso representa Elisa y Catalina, como también lo hicieron María de Maeztu, Carmen de Burgos, Concepción Arenal, Victoria Kent o Clara Campoamor y otras muchas que en esos años no se rindieron para conseguir buena parte de lo que hoy tenemos.
Hola guapa, lo vendes muy bien y parece muy interesante, pero no me apetece este tipo de lecturas ahora, y menos si es tan "gordo", :)
ResponderEliminarUn besazo
Cuando un tocho de casi 800 paginas como este que reseñas, pronto se olvida uno de ese número de páginas. Lei varias reseñas sobre esta novela que van en la misma dirección. Es una lectura muy apetecible, ya lo creo. Besos.
ResponderEliminarLo tengo anotado, me llama bastante.
ResponderEliminarBesotes
Tiene buena pinta, pero sinceramente el número de páginas me frena mucho. Tengo poquísimo tiempo para leer y no me atrae tanto como para ir a por ella.
ResponderEliminarUn beso ;)