Título: Pan de limón con semillas de amapola
Autora: Cristina Campos
Editorial: Planeta, 2016
Páginas: 416.
SINOPSIS.
Durante el invierno de 2010, en un pequeño pueblo del interior de Mallorca, Anna y Marina, dos hermanas que fueron separadas en su juventud, se reencuentran para vender una panadería que han heredado de una misteriosa mujer a la que creen no conocer.
Son dos mujeres con vidas muy diferentes. Anna apenas ha salido de la isla y sigue casada con un hombre al que ya no ama. Marina viaja por el mundo trabajando como cooperante de una ONG.
Mientras intentan desentrañar el secreto que encierra su herencia, tendrán que hacer frente a los viejos conflictos familiares, a la vez que intentarán recuperar los años perdidos.
Esta novela es una historia sobre la amistad femenina, sobre secretos guardados y recetas de pan olvidadas. Pero, sobre todo, es la historia de unas mujeres que aprenden a decidir, con libertad, sobre su futuro.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Me encanta hacer pan. Es una actividad relajante, envolvente, que te demuestra, cada vez que lo haces, lo importante que es el tiempo y que cuando se lo dedicas a las actividades de tu vida, merece la pena el resultado. Todo eso sin contar la recompensa del perfume embriagador que se extiende por tu casa, del cuidado de la salud y que sabes a ciencia cierta que no estás comiendo "basura". Y he apuntado todas las recetas de panes que aparecen en la introducción de cada capítulo del libro para hacerlo esos fines de semana en que me gusta meter las manos en la masa. Algunos será complicado de hacer porque no sé si encontraré el tipo de harina que menciona la receta, pero casi todos son factibles. Los limones no serán del limonero de la abuela Nerea pero serán de mis limoneros que no creo que tengan tanto que envidiar a los de la abuela, todo sea dicho.
Cuando alguien habla y conserva los recuerdos de sus abuelas y de sus madres, cosa que a mi me pasa continuamente, denota que las relaciones han sido especiales, que ha existido complicidad entre mayores y niños, que alguien te ha dedicado el tiempo necesario para transmitirte su buen hacer y su saber. Esas personas nunca mueren. Te pasas la vida diciéndole a tus hijos cosas como las albondigas de la abuela tal o el pollo a la virulé que hacía la abuela cual y esas croquetas que nunca olvidas de tu madre. Seguramente porque debe ser el paladar el que más memoria tiene además de frases, dichos y refranes que, al menos yo, recuerdo a la perfección. Yo soy una gran "guardadora de recuerdos". No es que sea nostálgica y viva regodeándome en ese pasado, solo que me niego a que algunas personas dejen de vivir y dejen de ser parte de mi vida mientras la mía continúe.
Como podéis ver, me ha encantado esta novela. Cuando una novela me toca en lo personal y más profundo, es de esas a las que sin duda volveré. Son pocas, pero las hay y esta es una de ellas. La he penalizado en la valoración solamente porque no me ha gustado el tratamiento que la autora da al colectivo de empleados públicos (no funcionarios porque no todos lo son en la administración) cuando alguna de las protagonistas interactua con alguno de ellos. Odio las generalizaciones y precisamente esta, tan habitual, es especialmente injusta. Por lo demás, podría haberle dado las cinco estrellas porque todavía me acompañan todas esas mujeres. Anna, Anita y Marina, pero también Catalina, Lola, Úrsula, Imelda, unas mujeres fuertes que han ido tomando decisiones en su vida, a medida que han ido evolucionando, que han ido creciendo y descubriendo, unas antes que otras, lo que es verdaderamente importante para ellas.
Anna y Marina son hermanas, unas hermanas de buena familia, con recursos económicos, que han sido separadas en dos ocasiones. Una primera en la infancia cuando a Marina la mandaron a estudiar a Estados Unidos y otra posterior, cuando Anna, ya casada con un Armando machista y dominante, se pliega a la voluntad de su marido cuando nace su hija Anita y ambas hermanas se separan durante quince años en las que Marina ha estado de país en país ayudando como tocóloga en Médicos sin Fronteras. La herencia repentina de una panadería y un molino en un pueblo de Mallorca recibida de una mujer llamada Dolores Molí, a la que no conocen, vuelve a unir a las dos hermanas y junto a ellas acaban conociendo a todo un elenco de mujeres que las arropan y se unen a sus inquietudes reconociéndolas como propias. No es que no haya hombres en la novela que los hay, pero la fuerza de los sentimientos, la intimidad de lo que les ocurre y de como reaccionan ante ello es de las mujeres. Los hombres actúan de acompañantes comprensivos, unos, y otros de acompañantes asombrados y contrarios a lo que ocurre entre las hermanas. No solo se ve la solidaridad, la comprensión y la unión de las mujeres en la novela ante lo íntimo, sino que también se pone en evidencia las carencias afectivas que han sufrido los personajes varones en su educación, esa educación que les ha obligado a no expresar excesiva ternura, a no llorar o a mostrarse tierno cuando te lo pide el alma.
Y tampoco quiero dejar esta novela sin nombrar la ambientación. Si conoces el olor del pan recién hecho, del buen pan, este libro te olerá a panadería pura, a limón y a masa madre en un pueblo, Valldemossa, de esos de toda la vida, donde todos se conocen y se apoyan, de esos que, por desgracia en muchos lugares de España están siendo abandonados, cerrados y vendidos. Pueblos como este acabarán siendo piezas de museos y panaderías como la que la autora refleja en la novela cada vez son más escasas.
En fin, una delicia de novela. Preciosa, escrita con ternura y mimo, envolvente como los movimientos que hay que hacer con la masa cuando se hace pan; cautivadora y llena de tanto sentimiento e intimidad que te toca el alma, el alma orgullosa de mujer que, sin duda, una tiene.
Es una novela preciosa, con un principio que te deja un poco descolocada y al que luego vuelves. Por cierto, no sé si sabes que se ha grabado una película de esta novela. No sé cuándo se estrenará, la verdad, pero cuando yo la leí la autora me comentó que estaban eligiendo ya a los actores. Tengo muchas ganas de ver si consiguen ese entorno que gira sobre ellas y sus recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí que es una novela realmente preciosa, estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarBesos
Este es uno de esos títulos que se me quedó grabado a fuego después de leer tantas cosas buenas...de esos que por mucho tiempo que pasen sabes que quieres leer. Se lo compró hace poquito mi hermana, así que este año seguro que cae ;)
ResponderEliminarBesitos
Hola Angela, qué envidia me das al descubrir que sabes hacer pan... con lo que me gusta a mí el pan recién hecho hummmm!!!
ResponderEliminarSí, la novela es una delicia, la verdad, y me ha gustado mucho, por la parte que me toca como funcionaria, que no te guste esa "crítica" que siempre se nos hace a los funcionarios-empleados públicos...
Es una novela que leí hace tiempo y tengo buen recuerdo de ella, a pesar de que no recuerde mucho de la trama.
Un besazo
Lo tengo pendiente en la estantería!
ResponderEliminarBesotes
Cómo se nota que has disfrutado mucho con esta lectura! La tenía apuntada pero un tanto olvidada, así que ahora le voy a adelantar puestos. A ver si logro que no se le cuelen muchos libros por delante.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es un libro que disfruté pero creo que no tanto como tú.
ResponderEliminarSaludos :D
Será una de mis próximas lecturas. Comparto lo que comentas en tu reseña sobre los empleados públicos: es un colectivo qur está muy estigmatizado, y nl se puede generalizsr una opinión sobre ellos. Y lo digo con conocimiento de causa, por la parte que me toca. Besos.
ResponderEliminarLo leí cuando salió y me encantó, una novela muy recomendable
ResponderEliminarBesos
Yo al final no me animé con este libro y seguro que lo hubiera disfrutado.
ResponderEliminarBesos.
Bueno.... Ya sabes que a mi me encantó Además sentí la historia muy cercana... Muchas de las ambientaciones que se describen, en mi caso, están ahí al lado... Valldemossa es un pueblo de la Sierra de Tramuntana precioso y muy turístico (demasiado, diría yo). Tuve la suerte la entrar dentro de la panadería y cuando la dependienta vio el libro que llevaba me empezó a contar que la autora estuvo allí para documentarse como hacían el pan y demás... Una historia con Mujeres fuertes y potentes, como bien dices
ResponderEliminarUn saludo
Tengo muy y buen recuerdo de esta novela. Me pareció muy bonita.
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