Título: El asesinato de Sócrates
Autor: Marcos Chicot
Editorial: Planeta, 2016
Páginas: 768
SINOPSIS.
Un filósofo que cambió el mundo. Un tenebroso vaticinio. Una intriga histórica ambientada en el siglo más apasionante de la Grecia clásica.
Grecia, siglo V a. C.
Un oscuro oráculo vaticina la muerte de Sócrates. Un recién nacido es condenado a morir por su propio padre.
Una guerra encarnizada entre Atenas y Esparta desangra Grecia.
El asesinato de Sócrates recrea magistralmente la época más extraordinaria de nuestra historia. Madres que luchan por sus hijos, amores imposibles y soldados tratando de sobrevivir se entrelazan de un modo fascinante con los gobernantes, artistas y pensadores que convirtieron Grecia en la cuna de nuestra civilización.
A lo largo de las páginas de esta absorbente novela, brilla con luz propia la figura inigualable de Sócrates, el hombre cuya vida y muerte nos inspiran desde hace siglos, el filósofo que marca un antes y un después en la historia de la humanidad.
Finalista del Premio Planeta 2016.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Siempre tengo sentimientos encontrados con los premios Planeta. Tuve una época hace muchos años en que los leía todos, entre otras cosas porque siempre me los regalaban por reyes. Pero hubo un momento, en que algunos de ellos me parecieron tan malos, que pedí por favor que nadie me regalara el Planeta sin consultar. Sin embargo, en 2016 han ganado el Planeta dos autores que me han gustado en todos los libros que les he leído: Dolores Redondo y Marcos Chicot. Tengo pendiente aún leer el Premio Planeta que anda cogiendo polvo en la estantería y por eso me animé con este libro que llevaba también un año en la misma situación.
He leído todo lo que ha escrito Marcos Chicot desde sus inicios como escritor y tengo que reconocer que me encanta su forma de narrar, los lugares y las épocas a las que me transporta y todo lo que me enseña y me trae a la memoria. Aunque el título de esta novela puede despistar un poco, la verdad es que a mi me ha encantado encontrarme de nuevo con la filosofía, una de mis asignaturas favoritas en el instituto y con la historia de las ideas en la carrera universitaria. Sócrates fue siempre uno de mis referentes, un filósofo que te pone entre la espada y la pared de tus propias contradicciones, de aquello en que dices que piensas y aquello que haces en tu vida diaria. Un filósofo molesto, sin duda, lo que en la actualidad se llamaría una "mosca cojonera", esa que todos los partidos políticos deberían tener en primera fila para situar a todos sus líderes ante la contradicción de aquello que relatan y expresan y aquello que en realidad hacen cuando toman el poder, o sin tomarlo, incluso. Como diría Sócrates, han ganado y ganan todos los días los demagogos.
El autor nos transporta a la Grecia del siglo V antes de Cristo, una época de luchas encarnizadas y continúas con Esparta, donde la paz es una situación residual dentro de las vidas de los habitantes de ambas ciudades y, sin embargo, una época de grandes pensadores y filósofos, que en contra de la situación real de los estados, intentan inculcar a sus alumnos (sólo hombres) el valor de la palabra y del pensamiento libre. Sin embargo, también es un tiempo de creencias en dioses y oráculos. Sus supuestos vaticinios y sus deseos inventados marcan el camino de actuación de los hombres. De esta forma, la vida de Sócrates en esta novela viene influenciada por el vaticinio de futuro que hizo a un amigo suyo el oráculo de Delfos que determinó no sólo que Sócrates era el hombre más sabio del mundo, sino que iba a ser asesinado por un hombre con los ojos claros. A la vez que esto ocurre una mujer en Esparta da a luz a un niño prematuro que es condenado a muerte por su propio padre para evitar que no sea un niño normal como el resto de los espartanos.
Con estas mimbres, Marcos Chicot escribe una novela histórica perfectamente construida y perfectamente documentada, tanto que me ha tenido pegada a sus muchas páginas, y ello si, con bastantes dosis de intriga y misterios que no he sido capaz de descifrar hasta el final de la novela. La verdad es que Marcos Chicot recrea a los personajes y te los acerca tanto que pareciera que estas conviviendo con ellos como si estuvieran vivos. Conocer a Sócrates como algo tan cercano, a sus amigos, sus alumnos, su vida en común con su mujer y sus hijos y su actividad obligada como soldado de la polis, te hace situarte sin esfuerzo en esa ciudad y en esa época llena de tensión y de riesgo. Marcos recrea toda una época y la describe de una forma tan amena con sus vidas cotidianas que puedes imaginar los escenarios sin esfuerzo alguno. No es sólo el trabajo ingente de documentación que hace, es cómo eso luego nos lo planta delante de los ojos sin que nos demos apenas cuenta de que volvemos a clase de historia y filosofía., dos asignaturas odiadas por muchos alumnos de secundaria. De su mano volvemos a la Grecia antigua, a sus años de esplendor y a su decadencia. Conoceremos la esencia de la democracia griega, con sus virtudes y sus grandes defectos ya que está rodeada de demagogia, de esclavitud, de machismo redomado y de un movimiento asambleario con grandes deficiencias que al final acaban con ella, ya que es el caldo de cultivo de políticos sin escrúpulos donde el poder por el poder es su mayor sentido ¿os suena?
Junto a Sócrates conoceremos a otros personajes como Perseo, Platón, Casandra, Deyanira, Eurípides y el malo malísimo que está representado por Aristón, un espartano vengativo y cruel que aspira a ser el rey de los espartanos. Hay muchos más evidentemente porque Chicot recrea perfectamente la vida tanto de Atenas como de Esparta y algún que otro lugar durante las contiendas, pero los anteriores son los principales.
Fuera de Grecia nos llevará a las grandes guerras que acontecieron en el Peloponeso entre Atenas y Esparta. En ellas participaron Sócrates y sus amigos porque el servicio militar era obligatorio para todos los ciudadanos y en Esparta aún más, ya que todos los hombres eran adiestrados en las artes de la guerra desde pequeños en que eran separados de sus madres.
En conclusión, una lectura muy recomendable que a mi personalmente me ha encantado y que me ha dejado ese poso que te dejan las grandes obras, esas que son difíciles de olvidar y cuyos personajes de vez en cuando vuelven de nuevo a mi memoria.
No quiero dejar de comentar que el autor dona el 10% de lo que obtiene con sus novelas a organizaciones de ayuda a personas con discapacidad.
Ay, leyéndote me dan hasta ganas de probar... Pero es que he tenido un par de encuentros con el autor y a mí no me ha llenado. "El asesinato de Pitágoras" me pareció entretenida pero no me entusiasmó como a mucha gente, le encontré cositas que no. Y la otra era una novela supuestamente de humor de cuyo título no quiero ni acordarme porque fue un horror.
ResponderEliminarAsí que por el momento no me animo.
Besos.
Pues me pasa como a Mara que leyendo tu reseña me dan tentaciones pero es que el único libro que he leído del autor no me convenció.
ResponderEliminarUn beso
Totalmente de acuerdo con tus impresiones. Me encantó, una novela histórica muy recomendable.
ResponderEliminarBesos
Yo la leí el año pasado y me encantó, también la recomendaría. Besinos.
ResponderEliminarYo me contagio hoy de tu entusiasmo pero no sé por qué estoy en un punto en que este tipo de lecturas no es lo que más me apetecen. Así que no le cierro la puerta pero tampoco sé cuando la abordaré.
ResponderEliminarBesos
Otro más para la lista de futuribles. Los ingredientes que has señalado lo tienen todo para que la receta termine sabiendo bien.
ResponderEliminarNo me cabe duda de que Marcos escribe muy bien y la trama me atrae pero no me gustan las novelas ambientadas en esta época de la historia, por eso lo dejé pasar hace tiempo. Besos
ResponderEliminarQue un libro tenga "Premio" no quiere decir que tenga que ser excelente. De hecho me está pasando ahora mismo, no con un Planeta, pero sí con uno "con premio".
ResponderEliminarNo lo he leído de momento. Tu reseña es bastante más entusiasta que otras que he visto, pero de momento, lo voy dejando pasar.
Besos.
Mi ejemplar también anda cogiendo polvo. A ver si encuentro de una vez el hueco para leerlo. Besos.
ResponderEliminarYo llevo años sin leer un ganador del premio Planeta, me suelo animar más con los finalistas, y con los del año pasado me pasa lo mismo. De leer uno de los dos sería este de Chicot, del que por cierto no he leído nada todavía y tengo ganas de conocer cómo escribe.
ResponderEliminar¡Besote!
Con esta reseña me han dado ganas de leerlo, aunque estaba un poco reticente. ¡Pero lo has puesto tan apetecible!
ResponderEliminarGracias por la reseña
Hola guapa, magnífica reseña. A mí me gustó mucho "El asesinato de Pitágoras", me gustó, aunque menos, "La hermandad", y me horrorizó el de Gordon, tiene un gato en mi reseña (de hecho me salté parte del libro para llegar al final a ver si mejoraba y ni esas...). Me gusta mucho la Grecia clásica, (hice historia Antigua) aunque es verdad es que una sociedad machista y por eso al final mis gustos me llevaron al Antiguo Egipto en que la igualdad de la mujer era mayor... Este libro lo tengo pendiente.
ResponderEliminarUn besazo
Estoy segura de que me gustaría, pero ahora mismo no estoy para colar tochos así.
ResponderEliminarBesos.
Muy buena reseña. También es un libro que disfruté mucho, incluso más de lo que esperaba.
ResponderEliminarBesotes!!!
Chicot siempre lo consigue. Muy buena novela esta. Besos
ResponderEliminarQué bonita reseña Ángela, se nota que te ha encantado...Yo la verdad es que la filosofía no la disfrutaba tanto...quizás porque nunca me la hicieron especialmente atractiva.
ResponderEliminarNo soy mucho de leer novela histórica, la aborrecí en su momento...pero este le tengo echado el ojo en la biblio así que en cuanto pueda me animo ;)
Besitos
A este libro le tengo el ojo echado desde que salio pero nunca le encuentro hueco para ponerme con el.
ResponderEliminarSaludos
Tenía curiosidad, me alegro que te haya gustado, me lo apuntaré.
ResponderEliminarBesos!
Me quedé con ganas de leerlo, y me lo has recordado con tu reseña.
ResponderEliminarUn beso ;)
Al principio esta novela no me atraía nada de nada, hasta que leí alguna que otra reseña y me ha pegado el gusanillo. Besos
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