de Xavier Quiroga.
Título: La casa del nazi
Autor: Xavier Quiroga
Editorial: Ediciones B, 2017
Páginas: 632.
Sinopsis.
«Si todos los hechos relatados en esta novela fueran producto de la fantasía, no quedarían secretos en los rincones más ocultos de nuestra historia».
Una atractiva búsqueda por la Galicia profunda. Aldeas, villas, pazos y monasterios envueltos en la bruma desfilan ante el lector hasta el sorprendente final en la Ribeira Sacra.
El Fiscal Superior de Justicia de Galicia recibe un paquete que contiene, además de una carpeta con noticias de varias muertes sin relación aparente, una novela. A partir de ahí se van alternado varios fragmentos argumentales: la confesión de un anciano que trabajó en un pazo gallego en el que se invitaba a nazis, una dramática historia de represión del pasado (situada en la postguerra, con la presencia de nazis en la Ribera Sacra) y, la novela, una narración de la actualidad, en primera persona y por el verdadero protagonista, un atrevido taxista, investigador en los ratos libres, que acepta el encargo de un conocido político y empresario para desentrañar un supuesto pasado nazi con el que sus enemigos pueden relacionarlo, pues acaba de recibir una carta desde Argentina de un miembro del Centro Simon Wiesenthal, la organización para la localización de nazis.
De esta manera comienza, además de una intensa y atractiva búsqueda por la geografía física y humana de Galicia, una peligrosa investigación sobre uno de los hechos históricos más intrigantes y ocultos de nuestra posguerra: la misteriosa «Ruta de las Ratas» a su paso por el noroeste de la península Ibérica y que, desde Vigo, los llevaba hasta el refugio nazi en Sudamérica.
Impresión personal.
Leyendo este libro he estado pensando en la cantidad de cosas que se nos ocultan de nuestra historia ¿por qué nadie me las contó cuando pasé por la escuela mientras algunas cuestiones de otros lugares remotos las tuve que memorizar como un papagayo? La cantidad de historias que aún están escondidas en montes y sitios recónditos de nuestro país, en barrios olvidados de nuestras ciudades, en portales que ya no son tales y en tantos y tantos túneles que sólo los del lugar trivializan y que se quedan ahí durante sus vidas y se pierden con sus muertes sin que nadie les haya ido a preguntar nunca y ellos no les hayan dado al tema la mayor de las importancias. La casa del nazi, aunque un libro de ficción, de intriga y de investigación pseudo-policial, porque quien la hace no es policía, nos trae una parte de esa historia del mundo rural, escondida y resbaladiza que muy pocos ya pueden contar con sus retazos de memoria, muchas veces ya perdida para siempre. Y los que saben la verdad de todo seguramente guardarán esa historia real en Fundaciones que no debieran existir pero que financiamos entre todos aún a día de hoy.
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Monasterio de Samos |
Me ha gustado mucho La casa del nazi, y ese regusto ha ido de menos a más a medida que me iba metiendo en la historia que, con una estructura compleja, me venía desentrañando el autor a través de su Pepe Reina, un tipo muy original, taxista de profesión pero curioso como él sólo puede serlo. Si me hubieran preguntado alguna vez por una profesión principal para una forofo de la investigación detectivesca, creo que jamás hubiera pensado en la de taxista y eso que ahora que lo pienso, en el mundo rural, los taxistas son una fuente de información (y de cotilleo) de lo más nutrida. Conocer a Pepe Reina y a sus informales ayudantes, Lelia y Barrabás, ha resultado muy curioso, sobre todo, en el caso de Lelia, quien de hecho es la que hace avanzar la investigación en la mayoría de los casos gracias a su capacidad intuitiva y a su profunda investigación realizada a través de la lectura de un sinfín de documentos. Pepe Reina es un tipo curioso pero he reconocer que, a veces, se pierde en lo que investiga, algo que yo le he perdonado porque al fin y al cabo no es un profesional. De ahí la importancia de su equipo para reencauzar la investigación hacia diferentes líneas y hacia lugares donde seguir con las pistas que hagan coincidir los hechos del pasado con los hechos de la actualidad.
Y es que La casa del nazi es una novela que nos coloca ante dos hilos temporales, el del presente, en el que Pepe Reina es contratado con el máximo nivel de confidencialidad, por Jose Manuel Varela Arias, un alto cargo del PP, con un futuro aún más prometedor del que ostenta en ese momento y cuyo futuro se ve amenazado porque ha recibido unas misivas que le relacionan con un supuesto pasado nazi en Galicia, algo que él desconoce totalmente pero que, en caso de ser cierto y descubrirse, puede hundir su trayectoria política. Por otro lado, la línea del pasado se remonta a 1935/1948, en la Galicia profunda de la Ribeira Sacra, en la que Armando, un maestro republicano expulsado de su escuela rural por los vencedores de la guerra civil, se hace cargo de Loliña, una niña de seis años, a cuyo padre "ajustician" en el pueblo en el que viven por ser sindicalista y reivindicativo. Entre medias de ambos, años de represión, de miedos y amenazas por parte de los poderes que toman el pueblo a su antojo, alcaldes, curas, maestros nacionales y una serie de acólitos sin cultura que sólo son felices haciendo infelices a todo un pueblo y ¿cómo no? el silencio de los que ven y callan, de los que escuchan y no dicen, el silencio del terror y de la cobardía "del sálvese quien pueda". Un pueblo por donde campan a sus anchas y a escondidas una serie de personajes oscuros de la Alemania nazi, perdedora de la II Guerra Mundial, esperando el momento en que Argentina les abra de par en par sus puertas para dar el salto y escapar de la justicia por tantos crímenes contra la Humanidad.
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Antenas nazis en Lugo |
Me ha encantado la línea temporal del pasado y eso que a veces, al principio, me perdía un poco porque aparecen una serie de capítulos entre medias que relata un tal Graciano cuyo fin se te oculta hasta que llegas al punto en que relacionas todo, y otros capítulos con el mismo nombre, En la oscuridad, que no sabes muy bien a qué responden hasta su momento, claro. Pero la verdad en que en cuanto le pillas el ritmo y el esquema mental al autor me ha resultado imposible despegarme de sus páginas. Avanzar, avanzar, animar a Pepe Reina a descubrir el pasado en el presente para que el pasado me llegara a mi a través de Loliña y Armando. Porque el pasado se te va descubriendo a medida que el presente va haciendo evidente lo que había pasado, los lugares por el que habían pasado los nazis, su trayectoria, el tipo de vida que llevaban, donde se escondían y quienes los ocultaban y el daño que seguían haciendo aún a pesar de estar en tierra extraña y ser unos perdedores.
También hay que destacar la excelente ambientación de la novela. Estar en Galicia ha sido muy sencillo con la manera de escribir del autor. Lluvia, bruma, parajes salvajes con antenas derruidas y casetas abandonadas durante decenios invadidas de malezas, alguna que otra pintada, curvas cerradas y estrechas que esconden ríos criminales, monasterios llenos de secretos, rezos callados y mucha sabiduría oculta a todos y ciudades y pueblos del entorno con sus ritmos de vida, unos avanzando hacia un futuro incierto durante el 15M y otros suspendidos y parados en el tiempo, siempre esperando ese futuro prometedor tantas veces alentado y que nunca llega.
Y me ha encantado y emocionado el final. Tanta lealtad, tanto amor, tanta justicia impartida a pesar de que puedas no comulgar con los métodos de quien la imparte pero que puedes llegar a entender después de tanto sufrimiento.
En conclusión, La casa del nazi es una novela de investigación de un pasado reciente de nuestra historia, la que se llamó la "ruta de las ratas" en la Galicia más profunda hasta el puerto de Vigo donde el Régimen facilitaba el paso de los asesinos nazis hacia su paraíso latinoamericano. Una historia de ficción histórica con ritmo de thriller, a pesar de su compleja estructura, que me ha mantenido enganchada a sus páginas hasta el final.