Título: La lista de los nombres olvidados
Autora: Kristin Harmel
Editorial: Booket, 2014.
Páginas: 416.
SINOPSIS.
París, 1942. Rose Picard y Jacob Levy, dos jóvenes judíos, se enamoran apasionadamente en los días previos a la ocupación de la ciudad por los nazis.
Cape Cod. En la actualidad. La nieta de Rose, Hope, deberá encontrar a las personas que su abuela le ha escrito en una lista de nombres que desconoce. Tendrá que viajar a París para reconstruir el pasado de su abuela, una historia que cambiará su vida para siempre.
IMPRESIÓN PERSONAL.
EL título de esta novela llamó en su día tremendamente mi atención. Es un título evocador y triste. Olvidar es lo mismo que no existir, tanto si te olvidan como si eres tu la que olvidas. Y yo olvidé que la tenía en la estantería desde hace unos cuantos años y que me estaba perdiendo una novela emotiva hasta sacarme mis lágrimas, lo reconozco, pero también de una valentía y una lealtad hacia los que amas que te refuerzan como persona. Ya os adelanto, que me ha encantado esta novela y aún hoy cuando escribo estas líneas y recuerdo sus hechos y a sus personajes, lo hago con un nudo en la garganta.
Rose es una anciana que padece esa terrible enfermedad llamada alzheimer, esa enfermedad que te mata en vida y te aisla de todo lo que fue tu mundo. A veces tiene sus momentos de lucidez, escasos momentos en los que se le viene a la cabeza lo que fue su vida y lo que perdió y aprovecha para irlo escribiendo en una especie de diario que leeremos en primera persona antes de que la enfermedad deje de darle esos respiros. En uno de esos momentos, escribe una lista de nombres y le pide a su nieta Hope y a su biznieta Annie que viajen a París desde Estados Unidos, donde viven, para buscarlos y saber que ha sido de ellos.
Por otro lado, Hope y Annie viven un día a día bastante desolador. Annie, adolescente, está sufriendo, acentuado por su propia edad, de una forma terrible la separación de sus padres y aparenta ser una niña malcriada e inaguantable, que culpa a su apocada madre de todo lo que le pasa a ella en su triste vida. Mientras su madre, que sufre la cercanía temporal de la separación matrimonial como una fracaso más en su historia vital, tiene además un problemas financieros que amenazan con hundirla en la miseria perdiendo la pastelería llamada Estrella Polar, heredada de su madre y antes de su abuela, una pastelería que no era en principio lo que hubiera deseado para desarrollar su vida pero que a día de hoy se le dibuja como imprescindible. La verdad es que la situación actual de las tres mujeres no puede ser más desoladora y pareciera que no hubiera solución para ninguna de las tres a pesar de ser tres generaciones diferentes.
El gran cambio se produce cuando Hope, venciendo sus reticencias, decide viajar a París en busca de esos nombres que su abuela le ha escrito y empieza a descubrir el pasado de su abuela y de su familia, algo que tanto Rose como su abuelo Ted han mantenido siempre en secreto a pesar de que la propia Hope se ha criado prácticamente con ellos. En París no sólo conoceremos la historia de Rose y los pasos que esta dio para huir de los nazis mientras su familia era deportada a campos de concentración, sino que conoceremos la colaboración en muchas de estas huidas de la comunidad musulmana de París. Cómo entre judíos y musulmanes se estableció una especie de pacto no escrito por el que los segundos ayudaban a muchos judíos a pasar a zonas más seguras. Y es por esa mezcla de recetas de distintas culturas que Hope bien conoce y que realiza en su pastelería americana, como encontrará una parte importante de la historia de su abuela Rose en París.
Me ha encantado esa relación entre las recetas de los pasteles (cupcakes, magdalena de arándanos, strudel, star pie, etc.) y el origen de la mismas donde se mezclan culturas de origen musulmán, judía y católica sin ningún tipo de problema, símbolo de que los problemas provienen de los hombres y no de las creencias que pueden convivir.
Pero La lista de los nombres olvidados, además y sobre todo, es la historia de una preciosa y emotiva historia de amor que me ha hecho disfrutar y emocionarme hasta la lágrima. Os aseguro que yo soy cualquier cosa menos muy romántica, lo cual no quita para que sea muy emotiva, y os aseguro que lo que esta novela esconde tras sus páginas a mi me ha llegado bien dentro del corazón. Por esa mala suerte que acompaña muchas veces a las mejores personas, por tanto tiempo y tantas vidas perdidas y porque al final, esas personas no pierden nunca la esperanza y cualquier segundo se aprovecha al máximo en lo importante, en aquellas pequeñas cosas que llenan una vida.
No os cuento más. La novela no lo necesita. Sólo sabed que si, como yo, tenéis este libro perdido en vuestras estanterías no demoréis más su lectura. Seguro que os tocará un "cachito" de alma y os endulzará algunos buenos momentos.