Título: La maniobra de la tortuga
Autor: Benito Olmo
Editorial: Suma de Letras, 2016
Páginas: 360.
SINOPSIS.
Empujado por el infortunio, el irreverente inspector Manuel Bianquetti se ve obligado a aceptar un traslado forzoso a la comisaría de Cádiz, un destino previsiblemente tranquilo que se verá alterado con el hallazgo del cadáver de una joven de dieciséis años. Una muerte violenta que le traerá reminiscencias de un pasado del que no logra desprenderse.
A pesar de la oposición de sus superiores, el inspector Bianquetti emprenderá una cruzada solitaria para atrapar al culpable siguiendo el rastro de unas evidencias que podrían no existir más allá de su imaginación. La realidad se va oscureciendo en la medida en la que el lector va devorando páginas al tiempo que participa junto al protagonista en la investigación de un caso cada vez más turbio y escabroso.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Suele pasar en la Administración, por desgracia con más frecuencia de la que sería recomendable, que se cuente con personas brillantes, comprometidas y trabajadoras más allá de lo que indicaría su nómina, y que queden relegadas a un segundo plano haciendo trabajos tediosos y repetitivos, castigados en destinos insulsos y nada necesarios para la ciudadanía y, sobre todo, cansados y faltos de motivación a lo largo de los años de vivir esa situación repetida. Y al contrario, en puesto de responsabilidad, a los más inútiles pero seguramente, los mejores "lameculos" que el mundillo de la política requiere.
Cádiz |
Esto es lo que le ocurre al protagonista de esta novela policíaca, Manuel Bianquetti, un inspector de policía brillante, intuitivo y comprometido, que en algún momento de su carrera comete un error en Madrid (ya se sabe, quien trabaja se suele equivocar, en contra de los que nunca se equivocan porque no hacen nada) y es trasladado a un Cádiz donde aparentemente no pasa nada relevante y menos si es obligatorio que diariamente uno se dedique a labores administrativas. Pero como en todos los lugares donde hay humanos no perfectos, Cádiz no es una excepción y Manuel se encuentra con el asesinato de una chica latina de apenas 16 años y de la acusación del mismo de su novio, con el que había discutido el mismo día de su muerte. No hace falta ser un lince para intuir que Bianquetti se meterá, sin los permisos oportunos, de lleno en la investigación, consciente como es de que está rodeado de inútiles y de intereses políticos y económicos que quieren dar carpetazo al asunto.
Me ha gustado mucho el tesón y la cabezonería de Manuel para evitar que se acuse a un inocente y los pasos que ha ido dando en la investigación, una investigación impecable, que a pesar de ser secreta, se evidencia con cada paso que da porque su propio tamaño va llamando la atención por todo Cádiz.
A la vez que la investigación de Bianquetti se va desarrollando, el autor nos introduce otra trama, también relacionada con la violencia de género, como es la de Cristina, una mujer que ha comenzado una nueva vida en otra ciudad diferente a la de origen para evitar que su ex-marido la localice y la mate. Una mujer que empieza a dejar de sentir miedo y que comienza a abrirse a los demás en su nuevo trabajo. Me ha encantado la temática de los delitos porque son delitos eternos desde que el hombre es hombre, una lacra que por más modernos y sabios que nos creamos, somos incapaces de erradicar. Unos delitos que el autor trata desde dos enfoques: la violencia en el seno de la pareja en el domicilio familiar y la violencia de género en la calle hacia las mujeres anónimas que se encuentran de repente con el violador o el acosador.
Ambas historias, que caminan separadas y sin aparente relación, acabarán confluyendo en algún momento y de un modo insospechado al inicio. Unas historias que supongo que no acabarán aquí y que, en algún momento, el autor continuará porque los dos personajes tienen la suficiente fuerza para ello.
No había viajado nunca a Cádiz con una novela y me encanta que las tramas de las novelas se vayan moviendo por el mapa de España, precisamente por lo comentado al inicio de la reseña, en cuanto que el delito no es patrimonio de unas ciudades más que de otras y aún amando ciudades como Madrid y Barcelona, me encanta moverme en los últimos años por Valladolid, Vitoria, Mérida, Bilbao, Vigo, etc.
Me ha gustado mucho esta novela policíaca y me ha gustado mucho Manuel Bianquietti, de modo que espero volvérmelo a encontrar más pronto que tarde.